14 de mayo de 2016

Paréntesis 2.0

Este post y el anterior rompen levemente la trayectoria de este blog. Un blog que trataba de alumbrar sobre aspectos borrosos que percibo (creo percibir, de acuerdo) a mi alrededor, siguiendo el único eje que puede alterar (a mejor) el futuro: la educación. Pero, como es un espacio que he ido confeccionando con cariño, lo considero como parte de mi hogar. Y en mi hogar introduzco las reformas que estime convenientes. Si encima son averías que detecto en el edificio donde se ubica este exiguo apartamento llamado blog, trato de repararlas como sea.

Antikamnia


Bien, estamos en campaña, de nuevo.

Mis convicciones no son las de otras personas, pero acaso son las que me llevan a expresarme como quiero o puedo, y con el fin que estimo mejor de acuerdo a estas (por cierto, me doblego a la RAE y a sus recomendaciones sobre tildes diacríticas). Estamos en campaña de nuevo (campaña permanente), me siento ciudadano y considero que cualquier ciudadano tiene la oportunidad (aún) de manifestar sus opiniones acerca de cómo quiere que se organice el Estado. Como no es suficiente con veinte tuits ni con cuatro o cinco conversaciones serias (que también pueden ser divertidas, desde luego), hago este parón para exponer un asunto que me parece de relevancia.

Esto es un anuncio. Lo expondré en breves horas. Es mi campaña electoral, pero no teman, que es baratita.


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